Chris Robinson Rich Robinson Steve Gorman Adam MacDougall Sven Pipien Luther Dickinson
La banda estadounidense Black Crowes no es que brille por su inventiva en sonidos, pero graban buenos discos y ofrecen buenos directos, que es de lo que se trata.Su música está anclada permanentemente en finales de los años 60 y, sobre todo, en las pautas clásicas del rock de inicios de los años 70, con fijación por los Rolling Stones del “Exile on main street”, “Sticky Fingers”, “Let it bleed” o “Beggars Banquet”, los Faces de Rod Stewart del “Long Player” o el “A nod is as good as a wink…to a blind horse”, o los Humble Pie del “Town and Country”. También beben del southern rock de bandas como Allman Brothers o Lynyrd Skynyrd. Estas formaciones y discos están englobados en una época en las cuales la psicodelia se comenzaba a dejar de lado para comulgar un brioso y bravucón rock’n’roll con las músicas más enraizadas en la tradición popular americana, el blues, el soul, el folk, el country o el gospel. Sus obras no resultan nada nuevas ni originales pero su habilidad para crear una intensa interacción instrumental y su actitud en escena los emparienta con alguna de las ofertas más importantes del período, grabando discos que festejan la energía y la esencia del rock atemporal. El corazón del grupo, formado en la ciudad de Atlanta a mediados de los años 80 bajo el primer nombre de Mr. Crowe’s Garden, se encuentra en los hermanos Robinson, Chris (nacido el 20 de diciembre de 1966), cantante, y Rich (nacido el 24 de mayo de 1969), guitarrista. Ambos se vieron inmersos en los sonidos sureños por su padre, un músico profesional que llegó a sonar en el Grand Ole Opry. En su primera encarnación la banda fue completada por el guitarra Jeff Cease, el bajista Johnny Colt y el batería Steve Gorman. “Shake your money maker” (1990) fue su fenomenal Lp debut en American Records, un disco presentado con el single “Jealous Again”, una estupenda canción que recordaba al “Tumbling Dice” de los Stones y que contenía un pegadizo estribillo, un contagioso ritmo boogie y un aroma honky tonk. Esta herencia de los Stones y Faces se veía amplificada con una gran versión del tema de Otis Redding “Hard to handle”, canción que sirvió para concederles la fama en el mainstream al conseguir excelentes ventas y aparecer en puestos altos en las listas rock del Billboard. El Lp, producido por George Drakoulias y con los teclados del miembro de los Allman Brothers y colaborador de los Stones, Chuck Leavell, también lograría resultados comerciales importantes (número 4), confirmando que su música aferrada al rock de raíces continuaba atrayendo a miles de personas en todo el mundo. “She talks to angels”, una balada acústica que narraba una historia de adicción a las drogas y el tema que abre el álbum, “Twice as hard”, corte rockero de herencia Led Zeppelin, son otras de las piezas más destacadas de este primer álbum. Para su segundo álbum, “The Southern Harmony and Musical Companion” (1992), el grupo cambió de guitarrista, abandonando Cease e incorporandose a la formación el guitarra Marc Ford y el teclista Eddie Harsch, quienes ayudaron, con el añadido de unos coros femeninos que enriquecían el conjunto del disco, a propagar el sonido de su primer y satisfactorio álbum. El disco, uno de las cimas de su carrera, alcanzó el número 1 en el Billboard gracias a exitosos cortes que derrochaban su sustancial southern rock, con piezas que concuerdan rock, blues, soul, country… como en la fantástica “Remedy”, la balada “Thorn in my pride”, “Sting me”, con el glorioso acompañamiento soulero de las voces femeninas, o “Southern Salvation”, una estimable pieza blues-rock que parece estar cantada por Rod Stewart. Con esta grabación los Black Crowes se erigieron como uno de los grupos punteros del rock’n’roll de comienzos de década gracias a su vibrante sonido y su contundente directo con momentos para largas jam. En el Lp, producido de nuevo por el competente Drakoulias, incluían también el tema “Time will tell”, una versión de Bob Marley que sobraba en el álbum. “Amorica” (1994), producido por Jack Puig, volvía a reincidir en sus tradiciones y especialmente en los ecos de los Rolling Stones y Faces, que resonaban durante toda su travesía. “Gone”, iniciado con una percusión latina que rememora los inicios del “Sympathy for the devil” antes de atacar con un afilado riff guitarrero y una expresión vocal anclada en el soul, el country-rock de primer nivel en “Wiser time”, el cimbreante rock de penetrante riff de “A conspiracy”, o la excelente “She gave good sunflowers”, una joya con una absorbente sinergia entre todos los instrumentos, en especial las guitarras y el teclado, son los mejores momentos de un Lp (número 11) de controvertida portada. Dos años después llegaría “Three snakes & one charm” (1996), otro disco (número 15) sin sorpresas en su habitual basamento southern rock, con unas composiciones menos inspiradas que sus anteriores trabajos y un sonido más pulido. Algunos de sus mejores cortes son la balada “Good Friday” o “Blackberry”, un tema que sigue el mismo patrón rockero que sus momentos más destacados en previos discos. Después de este álbum, el guitarra líder Marc Ford, parte muy importante en el éxito de su sonido, sería despedido del grupo en 1997 por su excesivo consumo de drogas. Un año más tarde el que dejó el grupo fue el bajista Johnny Colt, quien sería sustituido por Sven Pipien. En 1999 ficharon por Columbia publicando en este sello “By your side” (1999), un dinámico disco de clásico rock’n’roll (número 26) producido por Kevin Shirley (Aerosmith o Dream Theater) en el que mostraban un apego cada vez mayor por Led Zeppelin sin desdeñar sus inmutables raíces Faces/Stones/Humble Pie. Cortes hard-rock como “Kickin’ my heart around”, “Horsehead”, la frenética “Go faster” o la canción homónima, que vuelve a recordar al “Tumbling Dice” stoniano, son varios de los pasajes más intensos de este Lp. Un año después aparecería el directo “Jimmy Page and The Black Crowes. Live at The Greek” (2000), obra que recogía sus actuaciones previas junto al líder de Led Zeppelin y que contenía mayoritariamente versiones de temas clásicos de la seminal banda británica. En el años 2000 el frontman Chris Robinson se casó con la actriz Kate Hudson (“Casi Famosos”) y los Black Crowes publicaron un recopilatorio titulado “A tribute to a work in progress: Greatest Hits 1990-1999” (2000). Tras Columbia el grupo firmó un contrato con V2 y publicó “Lions” (2001), un álbum (número 20) producido por Don Was (B-52’s, Rolling Stones o Iggy Pop) que, experimentando con disposiciones más modernas sin malograr sus fundamentos básicos y con algún semblante psicodélico, contenía cortes como el fabuloso “Lickin’”, vibrante pieza rock-funk de pirotecnica guitarrera, “Midnight from the inside out”, un corte muy similar a los compuesto por la pareja Page/Plant, “Cosmic Friends”, curioso tema con un caótico pero atractivo ensamble entre la guitarra, el piano y una retumbante batería desarrollado después con un clásico tratamiento hardrockero a lo Led Zeppelin, o “Soul Singing”, tema en donde se expone a las claras sus ascendencias sónicas, con la música negra como base esencial y en este caso, el gospel como uno de sus recurrentes sostenes. Poco después de la grabación de este disco, tras girar con Oasis y publicar el directo “Live” (20002), el grupo dijo que se tomaba un respiro cesando sus actividades como conjunto. Chris Robinson publicaría su primer disco en solitario titulado “New Earth Mud” (2002). En el año 2005 los hermanos Robinson volvieron a girar como Black Crowes. Tres años más tarde editaron el disco en estudio "Warpaint" (2008), un trabajo que contó con la colaboración en la producción de Paul Stacey. Más tarde apareció "Before The Frost..." (2009), un álbum que venía acompañado por un disco en Internet titulado "...Until The Freeze".
No hay comentarios:
Publicar un comentario